La vida de una mujer puede estar llena de desafíos y responsabilidades, y en ocasiones, es necesario encontrar fuerza, protección y justicia divina para enfrentar los obstáculos que se presentan en el camino.
En este artículo, exploraremos en profundidad la Oración al Justo Juez para mujeres, cómo recitarla y cómo puede brindar consuelo y guía en momentos difíciles
Oración al Justo Juez para la mujer
La oración al Justo Juez para la mujer tiene un texto muy antiguo y profundo, que se ha transmitido de generación en generación. A continuación, presentamos el texto completo de la oración al Justo Juez para la mujer, con una breve explicación de cada parte:
Que la divina congregación de Dios esté a mi lado, y que el Sagrado Manto de la Virgen María, su madre, me proteja y me defienda de cualquier peligro maligno. Salve María, llena de gracia, que el Señor esté contigo, líbrame de toda influencia de espíritus, tanto bautizados como no bautizados.
Prevaleceré sobre ellos. Cristo es el soberano, que me ampare de cualquier amenaza, el Hijo justo de la Virgen María, nacido en un día tan solemne. No permitas que me hagan daño ni que deseen mi mal.
Que tengan ojos pero no me vean, manos pero no me toquen, que ningún metal me cause daño, y que ningún lazo me ate. Como Dios le indicó a Libón, que tres nueces no puedan perjudicarme, ni a mí ni a ninguna otra persona que las lleve consigo y me proteja, incluso si no lo menciono. Amén.
Jesús, María y José, Dominus Tecum Verbum Carum.
Madre María compasiva, madre de nuestro Señor Jesucristo: entraste al monte Tártaro, encontraste a la gran serpiente, la ataste con el cíngulo y la purificaste con agua bendita, sacándola del mundo. Ablanda el corazón de mis enemigos, que no puedan verme, tocar ni herirme, y que ningún nudo me ate. Que sean vencidos por las tres espadas de San Julián, sean purificados con la leche de la Virgen y sean enterrados en el Santo Sepulcro. Amén.
Jesús, María y José, tres Padrenuestros por la muerte y pasión de nuestro Señor Jesucristo.
Esta es la plegaria de la Santa Túnica, la del Hijo de Dios vivo, que empleo contra mis adversarios. Que ellos no me vean, no me alcancen, no me toquen, que ningún metal me hiera y ningún lazo me ate. En nombre de las tres coronas del Patriarca San Abraham, ofrezco esta plegaria en unidad con mi ser, para que mis enemigos se acerquen a mí tan sumisos como nuestro Señor fue a la cruz con la madera.
San Idelfonso, bendito confesor de nuestro Señor Jesucristo: así como bendijiste la hostia y el cáliz en el Altar Mayor, bendice mi lecho, mi cuerpo y mi morada, y todo lo que me rodea. Protégeme de la brujería, los maleficios y las pesadillas, y de cualquier mal que intenten infligirme mis adversarios. Amén.
Explicación de la oración al justo juez para mujer:
- En el primer párrafo, se invoca a Dios Padre, a María Santísima y al Espíritu Santo para que nos acompañen, nos cobijen y nos defiendan de todo mal. Se reza el Ave María como saludo a la Virgen y como expresión de nuestra fe. Se pide también que nos libre de los espíritus bautizados y sin bautizar, es decir, de los demonios y de las personas que han renegado de su bautismo o no lo han recibido.
- En el segundo párrafo, se afirma nuestra victoria sobre el mal con la ayuda de Cristo. Se reconoce a Cristo como Rey del universo y como nuestro defensor. Se hace referencia a su nacimiento virginal de María, como signo de su divinidad y su humanidad. Se pide también que no podamos ser muertos ni dañados por nadie.
- En el tercer párrafo, se pide que nuestros enemigos no puedan vernos, tocarnos, herirnos o atarnos. Se alude a una antigua leyenda que dice que Dios le dijo a Libón, un rey pagano, que con tres nueces no podría hacer daño a ningún cristiano que las llevara consigo. Se afirma que esta oración nos defiende aunque no la digamos, con solo tenerla en nuestro corazón
- En el cuarto párrafo, se invoca a la Sagrada Familia de Jesús, María y José, como modelo de santidad y de amor. Se repite el Dominus Tecum, que significa “el Señor está contigo”, como saludo angélico a María y a nosotros. Se dice también el Verbum Carum, que significa “la Palabra amada”, como referencia a Jesús, el Verbo de Dios hecho carne
- En el quinto párrafo, se dirige a María como madre de Jesús y madre nuestra. Se narra una leyenda que dice que María entró al monte Tártaro, donde estaba la serpiente del mal, y la ató con su cinturón, la roció con agua bendita y la sacó del mundo. Se pide que María ablande el corazón de nuestros enemigos y los impida hacernos daño. Se menciona también a las tres espadas de San Julián, un santo mártir que se dice que tenía tres espadas milagrosas. Se pide que nuestros enemigos sean vencidos con la leche de la Virgen, símbolo de su pureza y su ternura, y que sean sepultados en el Santo Sepulcro, donde fue enterrado Jesús.
- En el sexto párrafo, se vuelve a invocar a la Sagrada Familia y se reza tres veces el Padre Nuestro, la oración que nos enseñó Jesús. Se ofrece esta oración por la muerte y pasión de Jesús, es decir, por su sacrificio en la cruz por nuestra salvación.
- En el séptimo párrafo, se hace referencia a la Santa Camisa, una reliquia que se dice que era la túnica que llevaba Jesús cuando fue crucificado. Se pide que esta oración nos sirva como una armadura contra nuestros enemigos. Se menciona también a las tres coronas del Patriarca San Abraham, un símbolo de su fe y su obediencia a Dios. Se ofrece esta oración en unión con nuestra persona, para que nuestros enemigos se vuelvan mansos y pacíficos con nosotros, como lo fue Jesús con sus verdugos
- En el párrafo final, se invoca a San Idelfonso, un santo obispo que se dice que recibió la casulla de María en una aparición. Se pide que bendiga nuestra cama, nuestro cuerpo y nuestra casa, y que nos libre de brujerías, hechicerías y malos sueños, que son formas de ataque del maligno. Se termina con el Amén, que significa “así sea”.
Versión corta de la oración a Jesucristo el justo juez para mujeres:
Que la divina compañía de Dios y el Sagrado Manto de la Virgen María me protejan de los peligros. Que Cristo, el Hijo de María, me ampare de las amenazas. Que no me vean, no me toquen, y que ningún mal me afecte. Amén.
Jesús, María y José, tres Padrenuestros por la pasión de Jesucristo. Esta es la oración de la Santa Túnica contra mis enemigos. Que sean sometidos y que mi protección sea como las tres coronas de San Abraham. San Idelfonso, bendice mi vida y protégeme de los males. Amén.
Incorporando la Oración en tu Rutina Diaria
Para experimentar plenamente los beneficios de la Oración al Justo Juez, considera incorporarla en tu rutina diaria. Puedes recitarla por la mañana como una forma de comenzar el día con positividad y fortaleza, o por la noche para encontrar paz antes de dormir.
La constancia en la práctica de esta oración puede fortalecer tu conexión espiritual y tu capacidad para enfrentar desafíos.
Encuentra Paz y Protección en la Oración Al justo juez para mujeres
La Oración al Justo Juez es una herramienta espiritual valiosa para las mujeres que buscan fortaleza y protección en su vida cotidiana. Al recitar esta oración con fe y sinceridad, puedes encontrar paz interior, claridad mental y la seguridad de que estás siendo guiada por una fuerza superior. No dudes en compartir esta oración con otras mujeres que puedan necesitar su poderoso apoyo espiritual.
En momentos de incertidumbre o dificultad, recuerda que la Oración al Justo Juez está a tu disposición como un faro de esperanza y consuelo. Que la justicia divina te acompañe en tu camino, brindándote la fuerza y la protección que necesitas.
¡Comparte esta poderosa oración con otras mujeres y ayúdalas a encontrar paz y protección en su vida!